sábado, 24 de agosto de 2013

Capitulo 6

Capitulo 6:Nieble
A mi lado Astaroth, me miraba con sus preciosos ojos rasgados algo tapados por su largo cabello negro azabache. Mire al rededor y vi a todos mis seguidores, luego desvié la mirada a las dos chicas situadas en medio de la calle agarradas de la mano. Estaba convencida de que eran la hechicera y la maga. ¿Quienes iban a ser sino?

Me acerque a ellas lentamente viendo como sus ojos aterrados miraban de aquí para allá. Estaban agarradas de la mano muy fuertemente, “que monas...” pensé.

Astaroth me izo un gesto y yo asentí con la cabeza. Nuestro plan ya estaba en marcha y nadie se iba a interponer.

-Hola guapas. Kiara y Alexa ¿me equivoco? -ambas me miraron desconcertadas. Agarre la cara de la hechicera blanca y la obligue a mirarme a lo ojos. Era extraño ya que sus ojos irradiaban calor.
-¿Que... que quieres? -pregunto la muchacha de pelo rubio.
-Nada, solo quería veros. ¿Sabes Kiara? Yo te imaginaba, más... adulta digamos, pero ya veo que eres igual de débil que tu maldita madre.
-¡Dejala en paz Nieble! -grito una voz que me resulto irritante mente familiar.
-Vaya, vaya, pero si es Matt. Veo que sigues igual. -le guiñe un ojo con descaro y le roe la mejilla.
-¿Que quieres? -pregunto apartándome la mano de su cara.
-Nada, solo venia a hacer una visita.
-Creo que es hora de que te vayas -dijo poniéndose en guardia.
-¿Por que? Kiara y yo estábamos ablando. ¿Verdad? -la volví a agarrar de la cara y la moví de un lado a otro.
-¡No la toques! -el pequeño hombre lobo se estaba enfadando, los ojos le brillaban u sus dientes empezaban a afilarse.
-¡Nieble, ya esta! -grito mi amigo a la distancia.
-En fin, ha sido todo un placer conocerte Hechicera. Adiós Matt -le lance un beso burlonamente y tras dar un salto comencé a volar. Mis alas grises brillaban en aquel grandioso cielo rojo, y mi pelo blanco se removía con el viento. Pronto me junte con Astaroth, nos alejamos rápido antes de darles tiempo de siquiera enterarse de lo que habían perdido.

-¿A habido algún herido? -pregunte al muchacho de pelo negro.
-No, no de los nuestros. Un chico intento interponerse y no a acabado nada bien y ha muerto algún que otro estúpido aldeano. ¿Cuando entenderán a no interponerse?
Yo reí. Me encantaba estar con el. Siempre había estado conmigo y sentía cierto cariño hacía el. En cambio el estaba perdidamente enamorado de mi.

Una vez en el castillo fuimos a mis aposentos y seguimos planeando nuestros futuros movimientos. Me senté en el gran sillón negro de cuero y Astaroth se acomodo a mi lado.

Muy cerca.

Podía incluso escuchar el sonido de su respiración. Me miro con aquellos ojos tan profundos que el tenia y agarrándome de la barbilla me beso. No era la primera vez que lo hacia pero no me importaba.

En ese preciso momento mi consejero entro en la habitación.

-Nieble, tienes que salir a comunicar los siguientes pasos del plan al balcón. Todos están ansioso por saber cual sera el próximo movimiento.
-Vale, ahora mismo voy. ¿Que tal están nuestros queridos invitados?
-Aseguraros de que no tenga posibilidad de huir, ya sabéis que están dotados de magia. -añadió el chico que me acababa de besar.
-Si, los vigilan las veinticuatro horas del día.
-Excelente. Me voy a cambiar y ahora salgo, dame dos minutos.

Los dos salieron de mi habitación y yo me quite la ropa. Revise mi armario y decidí ponerme un vestido negro rasgado, decorado con algunas cadenas y unas botas negras de cuero con un gran tacón. Como accesorio me puse mi gargantilla negra preferida y un gran anillo con una piedra roja que parecía brillar.

A la salida Astaroth me esperaba apoyaba en la pared.

-Estas preciosa -dijo abrazándome y besándome. Me agarro la mano y salimos me guío al balcón.

Al salir todos empezaron a corear mi nombre. Ice un gesto para que se callaran y comencé a contarles mi plan. Al acabar todos volvieron a gritar entusiasmados. El fin se acercaba y pronto gobernaríamos Keyala.

Ya quedaba menos.