jueves, 18 de julio de 2013

Capitulo 2





Capitulo 2: Kiara



Abrí el sobre poco a poco y descubrí que en el interior se encontraba una carta escrita a mano por mi madre. Me quede un rato mirándola pero al final decidí leerla.

Querida Kiara:
Si estas leyendo esto significa que ya no me encuentro a tu lado, pero no te preocupes, aunque no me veas siempre estaré contigo.
Tengo tantas cosas que contarte que no se por donde empezar. Se que te sera difícil de creer, pero, debo contarte que yo al igual que tu y nuestras antepasadas e escrito sobre un mundo creado por mi. El caso es que ese mundo es real. Tu y tu hermana pertenecéis a ese mundo. Tu eres la hechicera blanca, tienes grandes poderes y eres quien debe gobernar este mundo y hacer lo posible para que cierna la paz. Y en cuando a tu hermana, ella es la princesa de los ángeles, también posee algún que otro poder mágico, puede volar y puede hacer que el clima cambie. Puede provocar huracanes, ventiscas, sequías, etc. Y por cierto, ya que es un ángel vuela.
Ambas deberéis encargaros de cuidar ese extraño mundo. Para acceder a el solo necesitas mi collar. Si lo abres veras que dentro del relicario hay una brújula que parece estar rota ya que no señala el norte. Solo debes seguir la dirección que marque si esta brillando, de lo contrario te llevara a la caverna Grown, que es el pasadizo a el Lidra, donde se encuentran los mayores peligros de aquel mundo.
Por favor, tener mucho cuidado. Echa un vistazo a mi cuaderno cuando puedas, este te podrá ayudar. Posee mucha información que puede serte útil. No cuentes esto a nadie. Y si vas a aquel mundo trata de contactar con la reina de las hadas, Mali. Era una gran amiga mía y podrá ayudarte.
Te quiero, cuidate.
Besos

Tras leer eso me quede conmocionada, no creía que eso pudiera ser verdad. Guarde las cosas en la caja tratando de olvidarme de la carta. Fue entonces cuando mi hermana entro llorando a la habitación.

-Kia, tengo que contarte algo. -dijo muy preocupada.
-¿Que pasa Mika?
-¿Sabes que cuando has llegado del instituto tu cuarto estaba desordenado? Pues fui yo. Sin querer. No se como pero estaba buscando mi boli azul en tu cuarto y de repente no se como lo ice pero entro una bocanada de aire y desordeno todo. Entonces llegaste a casa y me escondí debajo de la cama y cuando te fuiste lo ordene también como con una bocanada de aire. -¿como? ¡Era imposible! ¿Lo que ponía en la carta era real entonces? -lo siento, Kia. -diciendo esto usa lagrimas empezaron a caer por su mejilla, y se convertían en cristal cuando dejaban de estar en contacto con su piel.

Parecía mágico.
Cogí una de esas pequeñas lagrimas de cristal y se la enseñe a mi hermana que no se si se asombro o asusto. Se la guardo en el bolsillo y me miro.

-Kia, ¿que me esta pasando? -me pregunto muy asustada.
-No lo se, pero lo averiguaremos.
-Vale -dijo algo más alegre -¿Me puedo quedar aquí a dormir?
-Vale, ben anda. -la abrace le acaricie el pelo para que se calmase.

Como al día siguiente no había clase no nos despertamos hasta tarde, y después fuimos a pasear por el parque y después al lago. Mientras caminábamos tenia la sensación de que conocía a gran parte de las personas a las que nos cruzábamos en nuestro camino.

Una vez en casa comimos y me fui a mi cuarto para leer el cuaderno de mi madre, ya que igual decía algo sobre las lagrimas de cristal de mi hermana. Tras pasar un rato leyendo encontré algo relacionado con eso. Decía que las lagrimas de cristal poseían poderes curativos y que quien llevara una encima conseguiría que sus sentidos se desarrollaran.

Me calmo saber que no era nada malo. Aunque si las lagrimas cayeran en las manos equivocadas podrían ser muy peligrosas.

De repente la puerta de mi cuarto se abrió y por ella entro Mika. Me pregunto que si su amigo podía venir a casa un rato y así poder ayudarle un poco con las clases, por que como acababa de llegar había materia que a lo mejor no conocía. Me pareció buena idea y le deje venir. Ademas me gustaba que mi hermana estuviera con gente de su edad. Tenia doce años y ningún amigo. No podía ser así. Era muy pequeña para estar sola. Y no podía ir siempre conmigo cuando era tres años mayor. Debía relacionarse con gente de su edad.

Cuando mi hermana salio de la habitación volví a seguir leyendo. Mire en el indice y hubo un punto que me causo interés por lo que fui directamente a aquella pagina.

Sensación de Smash:
La sensación de Smash es cuando una hechicera blanca siente que conoce a personas a las que nunca antes había visto. Esto significa que esas personas tienes alguna clase de relación con este mundo. Pero hay que tener cuidado ya que no puedes que conocen su secreto ya que podrían ser enemigos.

No quería leer más, ya había sido demasiado. Según eso las personas que había visto aquella mañana podrían ser enemigos.

Opte por bajar a conocer a el amigo de mi hermana. Al llegar al salón vi a mi hermana con un chico moreno de ojos muy verdes y que llevaba un extraño collar plateado con algo parecido a una canica de color verde esmeralda. Tuve aquella estaña sensación de que conocía a aquel chico, pero antes de asustarme recordé que podía ser un aliado por lo que no ice nada y decidí comportarme con naturalidad.

-Hola chicos -les salude.
-Hola Kia. El es Nico
-Hola Kiara. Mikaru me a hablado de ti -dijo con una sonrisa encantadora.
-Y ami de ti -conteste intentando mostrarme tranquila. -¿Que estáis haciendo?
-Estábamos repasando álgebra, aunque se le da mejor a ella que a mi -se rió Nico.
-Vale, cualquier cosa me avisáis ¿vale? -Mika alzo el pulgar para decir que sí y siguieron estudiando.

Salí de casa para despejarme y comencé a andar sin un rumbo fijo. Al final acabe llegando al bosque. Me senté en una piedra y me puse a leer mi cuaderno. Era en parte como un diario. Si me pasaba algo lo apuntaba pero distorsionando la realidad.
Recuerdo que una vez, unas chicas de mi clase se rieron de mi y las dibuje como si fueran feas brujas. Otra vez, un caballo intento morderme y lo apunte como si este fuera un centauro.

De repente me acorde de mi hermana y mire el reloj. ¡Habían pasado dos oras! Recogí a toda prisa y me dirigí a la salida del bosque. Un ruido detrás de mi me izo reaccionar vi una sombra que se acercaba a mi y sin poder evitarlo eche a correr lejos de hay.

Llegue a casa agotada. Nicolas ya se había ido y Mika había preparado la cena. Esperamos a que llegasen Eric y Mery para empezar a cenar.
Después de cenar volví a mi cuarto e intenté recordar lo que había visto en el bosque, pero fue inútil. Me fui a la cama pero apenas dormí. Me daba la sensación de que alguien me miraba desde la ventana.

Me desperté temprano y me asee. Pase la mañana con Alex, que me estuvo enseñando la ciudad. Y por la tarde estuve viendo una película con mi hermana. De vez en cuando, miraba por la ventana ya que la sensación de que me miraban no desaparecía.


Aquella noche hoy un ruido y me asome a la ventana. No vi a nadie pero para mi asombro vi una extraña flor con pétalos de color rosa y azul. No tenia espinas pero si unas preciosas hojas verdes y un lazo morado con un precioso colgante de plata con pequeñas piedritas de vivos colores. Cogí ambos y los examine. No había ninguna nota, pero mirando mas fijamente el reverso del colgante vi que ponía Keyala. No sabia que significaba, pero me gusta. Me puse el colgante y cogí un pequeño jarrón para la extraña flor. Tras hacer eso me acosté casi de inmediato me dormí.

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